Wilhelm Reich escribió un epígrafe para su libro LA REVOLUCION SEXUAL que sirve de ventana para este trabajo dominguero y que a la letra dice: El amor, el trabajo y el saber son las fuentes de nuestra vida. También deberían gobernarla.
Pero la realidad es diferente a las ideas y por esa causa toda configuración humana se trastorna, se trastoca, se diluye ante la estulticia de hombres y mujeres. Razón por la cual México anda de cabeza, pierde día a día su soberanía y la política, en lugar de ser una ciencia, como se supone, son las piedritas con las que se tropieza el político, se resbala y cae.
Pongamos un ejemplo de la inmediatez mexicana.
Mientras el PRI y el PAN alistan las privatizaciones de los servicios públicos, que pertenecen al Estado, a propuesta de Felipe Calderón Hinojosa, y que de aprobarse sería una “reforma” para abrir las puertas a la privatización total, de lo que hasta ahora son considerados los recursos mexicanos. En otras palabras, los servicios que presta el Estado como la electricidad, pasarían a manos de particulares por lo que, esos dos partidos coludidos, incrementarían la desnacionalización del país, para entregarla a los señores del dinero, sean mexicanos o extranjeros pero, con las uñas largas, para sabotear la soberanía de México.
Uñas tan largas como de la mayoría de los miembros del Senado, que hacen el juego al gobierno de derecha, también a los de la ultraderecha, para aprobar al vapor el dictamen elaborado por el grupo que comanda el priísta Eloy Cantú, presidente de la Comisión de Comercio de la cámara alta. Entonces priístas y panistas se convierten, por su arte, en enemigos de México, junto con Felipe Calderón Hinojosa, a quienes la patria no les importa, para entregarla, como ya se ha vuelto costumbre, a sus amigos y cuates, mexicanos o extranjeros.
A estos priístas se adhieren los integrantes de las comisiones de Hacienda y Crédito Público y de Estudios Legislativos, presididas por los panistas José Isabel Trejo y Alejandro Zapata Perogordo, este último con una cola camaleónica. Como lo expresa el coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal: “entran por la puerta de atrás para avanzar en la privatización de los servicios de energía eléctrica, agua y petróleo”.
Como decía un amigo, hace algún tiempo: Hasta dónde hemos llegado. Esto es verdadero como el sol que calienta al planeta. Alguna vez confiamos en el patriotismo de los senadores, que representan a los gobiernos estatales, pero nunca como ahora, que se vuelven los judas modernos al vender al país al mejor postor, por unas monedas miserables de cobre. Pobre de ellos. Como pobre es la actitud de Felipe Calderón Hinojosa que cree hacer un bien al país, desnacionalizándolo. Pobres de sus ideas que alguna vez expresaron en tribuna y que fueron aplaudidos por el derecho a expresarlas porque diferían de las de ahora.
Ahora. Pobres priístas que han claudicado a su compromiso por México y que, envalentonados por sus recientes triunfos, se aprestan a volver al poder en 2012. Priístas que no tienen agallas para defenderse, menos para defender al país. Demostraciones uniformes con quien gobierna para vender al país, repito, al mejor postor, como ahora sucede con los españoles, que en la reconquista se llevan todo, como en el juego de la pirinola. Y queda en pie la pregunta: ¿por qué los priístas copian y hacen suya una iniciativa del felipato y la quieren aprobar en los términos en que fue escrita por quien realmente ha demostrado ser un ilegítimo presidente?. Y uno no comprende el daño que le hacen a México al arrebatarles lo que la Constitución ha preservado como derecho nacional y que ponderen el argumento de que las asociaciones público-privadas no operan con éxito, ya que los ejemplos sobran de los países donde se han metido.
Quizá sólo sea la aventura de las inversiones que bien pronto la recuperan para enviarlas a sus países de origen como ha sucedido con las ganancias bancarias.
¿Cuánto riesgo conlleva para México el permitir a empresas extranjeras firmar contratos con el gobierno federal para que ellos lleven a cabo todo tipo de obras y servicios, pasando por encima de las leyes y la propia Constitución. Pero no olvidemos que la oligarquía criolla esta metidaza en este desbarajuste. Pero tampoco olvidemos lo que hizo Felipe Calderón Hinojosa, que tuvo que entrar por la puerta de atrás para jurar como presidente, y que un Juanito cualquiera hace lo mismo en Iztapalapa. Como vemos ya se esta haciendo costumbre, entrar por la puerta trasera “para favorecer a la IP mientras se lesiona a mexicanos”.
Para una conclusión acorde con lo escrito se podría tomar en cuenta el coraje y la rabia que provocan esta clase de legisladores, salvo las honrosas excepciones que nos invitan a proyectarlos, porque defienden al país, y no los que forman equipo con “el presidente”, que intentan “dar vuelta a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y a la Ley de Obras Públicas”
Don Renato Purafacha, el servidor.
Domingo 6 de Diciembre del 2009
domingo, 6 de diciembre de 2009
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