miércoles, 30 de diciembre de 2009

YA ESTAMOS HARTOS DEL PANISMO


Cuando terminé de leer la biografía sobre los hermanos Marx, una de tantas, sus más regocijantes aventuras me llevaron al mundo de la comedia, y del vodevil. Su calidad de cómicos se debió a su gran experiencia adquirida en el teatro del vaudeville (vodevil, ahora). El caso de Charles Chaplin es semejante, pero él lo hizo, en el music hall inglés.

Y llegaron a ser las grandes figuras de mi adolescencia y juventud: dos prototipos formidables que imitábamos muchos de los futuros cómicos mexicanos, y que todavía por los ochenta o noventa del siglo pasado, veíamos vagabundear, por la zona rosa, a un imitador de Charlie (Carlitos), quién en las muchas plazas de esa zona, se ponía a trabajar, para lograr el sustento de cada día, a través de las monedas que le dábamos los que andábamos por esos rumbos.

Era agradable reir por sus chistes y aplaudirlo por sus proezas en la bicicleta.

¿Por qué hablo de la prehistoria del cine americano, cuando el mundo se disponía a enfrentarse en la Segunda Guerra Mundial, y los mexicanos de aquellos años supimos lo que era la escasez de alimentos, no porque faltara el dinero, sino porque se enviaba a Europa, a través de los EUA, con el propósito de que no murieran de hambre, los soldados que estaban aliados contra el nazismo, aunque de un balazo fuera factible, o de un bombardeo , como sucedió en Inglaterra durante un par de años.

Eran ya los años de la postrevolución. Ya México estaba calmado y se empezaba a reconstruir al país, a través de su desarrollo y por medio de una política, fruto de la revolución, que no llegó a fructificar en el bien de todos los mexicanos. Y a partir de los cuarenta, del siglo pasado, la industrialización se hizo parte de ese desarrollo y se empezaron a alcanzar metas, metas sexenales, y el país empezó a figurar internacionalmente, con la Ley Estrada. Y se buscaban espacios para la construcción de escuelas, porque la educación debía alcanzar a todo México.

Si con José Vasconcelos se empezó con la distribución de textos de la literatura universal y se apoyó enormemente a los pintores para que destacara el muralismo. La transición siguiente fue la construcción de más universidadedes, que hoy gozan nuestros nietos.

Pero como sólo había un partido único, el PRI, que por años se llevó carro completo en las elecciones, empezaron los problemas graves y serios. Tengo la impresión que los políticos mexicanos buscaban agradar a sus electores, y por eso andaban de la ceca a la meca, aunque de antemano se sabía que ganarían.

Presidencia de la república, gubernaturas, presidencias municipales, diputados y senadores. Todo se lo llevaba el PRI. Era la antidemocracia electoral en todo su apogeo. Y de ahí palreal alcanzaron setenta y un años de su vigencia. Hace nueve años los panistas arribaron al poder y hay un desorden y una angustia de que acabe su segundo gobierno federal. Ya estamos hartos los mexicanos de padecer hambres e injusticias, que es lo fundamental para una vida que se fundamenta muy bien la Constitución.

A través de nuestros cómicos conocimos la risa en todo su vuelo gestual. Por medio de la comedia, podíamos sonreir de los enredos que escribía el dramaturgo y que los actores le daban rienda, para hacerlos verdaderamente humorísticos, geniales. También estaban los teatros de drama y de tragedia, para lamentar la problemática de la huérfana, o de la sexoservidora, que sirvió más tarde para las películas de ficheras, en tiempos de José López Portillo y su hermana Margarita.

Pero figuraba el teatro de farsa, que se inició cuando México se apropio del género chico español, y surgió la revista, en donde los sketcheros tomaban una figura política y la hacían pedazos, con el apoyo de la carcajada y de los bravos de los espectadores, adictos a ese teatro que presentaban los coliseos capitalinos y las carpas, que al no contar con las grandes figuras, echaban mano del reprisse, con el elemento humano que tenían a su disposición. Después los grandes cómicos y actores arribaron a la carpa.

Los grandes cómicos hicieron reir y llamaron por su nombre a los políticos improvisados, porque el PRI siempre improvisaba y eran los "prohombres de la revolución", que salían fulminados y juraban venganzas que a veces daban resultados, con la muerte violenta y otras, porque salían huyendo los artistas, siempre hacia Cuba, que los recibía con los brazos abiertos.

Entonces la política mexicana se convirtió en la máscara de la farsa, a la que subrayaron los cartonistas con sus trabajos que se publicaban en los diarios. Y las canciones, como las de Chava Flores o Francisco Gabilondo Soler, que le tenía más fe a los animales que a los humanos, como sucedió con su canción LA MUÑECA FEA, entre otras.

En los setenta, los cómicos que estábamos fuera de los sindicatos (ANDA y MÚSICOS) nos dimos a la búsqueda de nuevos espacios y a la fundación de corredores culturales, y los cafés teatros y conciertos. Y no perdíamos la mira del blanco: los presidentes de la república, quienes eran nuestro objetivo, y los zarandeábamos como de justicia debía de ser, desde Díaz Ordaz hasta el presente.

Pero llegó un momento en que esos personajes políticos nos estaban quitando el trabajo.
eran tantos ya que pedíamos a los dioses que acabaran con esa mafia, que los mandaran a Singapur o de perdida a Chile, a ver que efecto les hacía.

Los cómicos, en su mayoría, como también los artista de relleno, cantantes, músicos, bailarinas, etc., tenían en los teatros una imagen de la Vírgen de Guadalupe, a la que se encomendaban para que hubiera público. Y una vez, en el Antonio Caso, de Tlatelolco, encontré una misiva, pegada en los faldones de la estampa que decía: Señora, nos estamos muriendo de hambre por culpa de tanto político jodido que, aparte de las tribunas, ya quieren también los teatros y las carpas. Ponles piedritas en su camino y el gremio se lo va a agradecer.

En unas cuántas horas desaparecerá el 2009 y qué nos dejaron los farsantes de la política: más discordia que el anterior año. Culpa, de los panistas. El año que viene será peor. Culpa de los panistas. Y como dice Arnoldo Kraus, "perdón por el escepticismo. Perdón por la crudeza":
-El mapa humano del México contemporáneo es desolador. Expongo dos retratos. El primero: la sociedad del desencuentro se ha instalado entre nosotros. No hay elementos para destejer la espiral de desconfianza. El segundo: la oferta política es magra. No hay en quien depositarse, en quién confiar. Cuando la confianza en las instituciones es mínima, o nula, el desencuentro comunitario se multiplica sin parar. Ese es el mapa humano del México 2009.

¿En quién confiar?

Los farsantes panistas (y también los priístas) están en medio, adelante, atrás, a los lados, En el café negro que tomamos los mexicanos; en el pedazo de pan, que empapamos, para que nos sepa mejor. Nuestra magra comida es espiada. Todo lo que nos concierne a los pobres y miserables mexicanos nos lo reviven con su carpa fársica, con sus gestos odiosos y sus malicias...Ya no tengo más epítetos que usar, y no les deseo tampoco un buen año, que el que viene va a estar peor.

Su amigo y compañero DON RENATO PURAFACHA
Miércoles 30 de Diciembre del 2009

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