DESDE AQUEL DÍA
Desde aquel día el mundo, al despertar,
encontró a Chile y su fisonomía
alzando la victoria popular
y en el coro mundial de la alegría
cantaron nuestra tierra y nuestro mar.
Fue por aquellos días que un poeta
provinciano, salido de Parral,
en Estocolmo recibió un cometa,
de las manos de un rey profesional.
Y así el nombre de Chile saludado
fue por ciudades, minas, sementeras
como un laurel del pueblo conquistado
durante lucha larga y vida entera.
(Yo agregué a Chile y a su geografía
el canto de mi vida pasajera
con el torrente de mi poesía.)
PABLO NERUDA
Isla Negra, Enero de 1973
Más de uno habrá leído algún texto sobre comunicación y sus textos, y sin duda alguna recuerdan que comunicación se define como "el traslado de información de un emisor a un receptor", pero, para que se entiendan deben manejar el mismo código. Una vez descifrado el mensaje sobre una realidad determinada, se entabla la función del lenguaje y se cumple con la función.
Durante muchos años los priístas fueron los únicos emisores de mensajes, y nosotros los periodistas y el pueblo, los receptores, y por lógica llegamos a evaluarlos y a catalogarlos: Este político habla cantinflescamente, haciendo alusión al verbo cantinflear, producto de la comicidad de Mario Moreno, en donde su personaje hablaba y hablaba y no decía nada. Significaba, en términos de emisión, que Cantinflas como el político que nos sirve de ejemplo, no usaba ni contexto ni mensaje, y hacía caso omiso del código, de manera que trampeaba con el lenguaje y provocaba la risa o la carcajada.
Nos referimos al Cantinflas de Ahí está el detalle, y de otras películas de su primera etapa, donde realmente era el popular representante del hombre surgido del pueblo. Después se volvió internacional y riquillo y se olvidó hasta de su gabardina. De la misma forma, mientras fueron priístas de carro completo, les importaba un comino si cantinfleaban o no, y si el pueblo los entendía, pues siempre ganaban todas las curules, las presidencias municipales, las gubernaturas y la presidencia de la república, hasta hace 9 años, que pasó a manos del PAN..
No importaba si se reían de los cantinfleos priístas. Es más, eran tan pésimos hablando que jamás consiguieron que su mensaje verbal fuera una obra de arte, o pieza oratoria. Sólo se salvaban y no siempre, los funcionarios del primer nivel, que contrataban a escritores y literatos, para que les hicieran los discursos, y salvaran su honor de casi analfabetas culturales.
Toda esa época la viví y la recuerdo, porque en cierto modo, los políticos priístas coadyuvaron para que el verbo cantinflear apareciera en el diccionario. Porque, hay que admitirlo, eran desviaciones sin precedente de las expresiones del habla cotidiana.
Ya en las redacciones había que trabajar duro y tendido para entenderlos y corregirlos de la basura de su lenguaje, de los textos que sacábamos de las grabadoras, para que no contaminaran las planas periodísticas de los matutinos o vespertinos. Y la tarea principal la hacíamos nosotros, pero el corrector de pruebas, hacia las correcciones de nuestras correcciones y el asunto era largo, hasta que finalmente llegaba el hueso a los linotipos, para dar forma a las planchas para su impresión.
Hoy, la mayoría de los políticos priístas, tienen otra mentalidad y han madurado en cuanto a ser emisores correctos, e inclusive se dan mañas para agregar ornamentoss retóricos, cuando suben a la tribuna, sobre todo los diputados y senadores, que constantemente están aprobando o desaprobando leyes, éstas últimas, cuando no concilian con la voluntad del señor de los pinoles, quien manda.
Todavía se dan casos de cantinfleos en las tribunas, sobre todo de los diputados que improvisan. Pero, hay que reconocerlo, son pocos a estas alturas y no hacen mella al conjunto. Pero de lo que sigue, y que es lo importante para la Patria, es que todos los priístas incluyendo a los panistas y demás partidos de relleno, fallan terriblemente, en cuanto al mensaje, su mensaje, que no siempre es efectivo sino proclive hacia quienes los manejan o reciben las órdenes de hacerlo así, o asado.
Se han organizado de tal manera que el mensaje que tienen preparado choca de inmediato con la Constitución o las leyes emanadas, no tienen moral y menos moraleja, y se enturbian, con las pasiones de que son acreedores, para sucumbir tumultuosamente votando a favor de quien ocupa la presidencia de la república, o de los bastiones que siempre operan para favorecer los intereses de causas no siempre justas y si prohibitivas, como serían la radio y la televisión.
Los diputados y senadores de ahora, que ya no cantinflean, tienen otros exabruptos peores: se han desnacionalizado tanto, que parecen aborregados de otras cámaras de representantes o de senadores, por lo que dañan al país y lo siguen hundiendo. Es decir, no existe ningún contrapeso al poder ejecutivo. Son estos representantes del pueblo y del gobierno sus aliados para llevar al quebranto a las nación y a las deriva toda buena obra de beneficio colectivo.
Esa sería la única razón que nos indujera a pensar que, en el pasado, cantinfleaban pero no eran tanto transgresores como lo son ahora. Defendían a México-entre azul y buenas noches-, y buscaban la manera de que el pueblo tuviera trabajo y sueldos que satisfacieran sus necesidades.
Hoy, para los priístas y los panistas, sus preocupáciones no pasan de ser de índole pecuniaria, de comidas y viajes, de ver si pueden conseguir más de un celular y automóviles para lucirse. No tienen motivaciones ni sociales ni sociologicas y menos ecológicas y de justicia. Y piensan, así lo creemos, que mientras les vaya bien a ellos, que importa el país y más si se lo lleva la tostada.
Tampoco queremos diputados y senadores cantinflescos. Ya con un señor nos ha bastado. Lo que desea el pueblo y todos los hombres de bien es que haya responsabilidad desde el momento que asumen su estatus, para defender a México. Pero esto último es pedirles peras a los olmos. Ni hablar.
DON RENATO PURAFACHA
Jueves 4 de Febrero del 2010
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