MAR Y AMOR DE QUEVEDO
Aquí en mi casa de Isla Negra leo
en el mar y en el verso favorito,
en la palpitación y el centelleo,
del mar amargo y del amor maldito,
la misma espuma de la poesía:
el mar que se ilumina en la ruptura
y yo leyendo con melancolía,
a Quevedo, su amor y desventura.
Tal vez es mi destino diferente:
mi pecho militar de combatiente
me inclino a las guerrillas del Estado:
a conseguir con la paciencia ardiente
de la verdad y del proletariado
el Estatuto de la pobre gente.
PABLO NERUDA
Isla Negra, Enero de 1973
Quien ha leído ASÍ HABLABA ZARATUSTRA llegará a la conclusión que el mismo autor presenta.Friedrich Nietzsche sostenía que el hombre sólo aspira a ser un ente más poderoso, para vencer su estado de impotencia; pero a ese estado, el más elevado del ser humano, el filósofo alemán le dio el nombre de "superhombre", y desmembrando esta posición, daba a entender que era dueño de sus actos y pensamientos, que se gobierna a sí mismo, sin necesidad de ser guiado ni manejado.
Pero el tal "superhombre"nunca ha existido pero que sólo el éxito de algunos hombres se hallan continuamente regados en los más diversos lugares y civilizaciones. Lo que significaría más que superhombres, hombres dotados de genialidad; espécimens humanos con toda la fuerza de su pensamiento y su dialéctica, razonamiento que implica su genio y su obra.
Una vez muerto Nietzsche, su hermana ofreció sus obras a los nazis, quienes publicaron algunas "engañosas selecciones del pensamiento de este literato. No obstante, todos los investigadores en la materia han coincidido que la versión nazi representa una perversión, sin escrúpulos, del pensamiento de Friedrich". Es decir, lo tergiversaron de tal manera que dio lugar al supernazi, sin la catadura de la brillantez de pensamiento, sino más bien, inclinado hacia la violencia, que a partir de 1939, envolvió a toda Europa y en 1941, a los Estados Unidos, incluyendo a México por la voladura de los buques mexicanos que, me parece recordarlo, fue en el Golfo de México, y que se los endilgaron a los nazis. Los barcos tenían los nombres de el Potrero del Llano y el Faja de Oro
México declaró la guerra mientras nosotros, siendo niños, nos habían reunido en uno de los salones de la escuela Benito Juárez donde iba, y escuchábamos la perorata del presidente Manuel Avila Camacho, informando del hecho. Pero, como muchos mexicanos seguían muy enojados por la pérdida de medio México, deseaban el triunfo de los alemanes en la conflagración y por lógica, la destrucción de la nación del norte, los Estados Unidos de Norteamérica.
Ustedes lo saben: ganaron los aliados, Estados Unidos, Francia e Inglaterra; más tarde la Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas. El esfuerzo titánico de los gringos por la producción armamentista, no sólo de aviones y buques, ametralladoras, tanques, y fusiles, y el envió al frente de miles y miles de soldados norteamericanos, cambiaron el rumbo de la guerra, sobre todo a partir del día D, que fue la invasión de Normandía (Francia) y se iniciaba el segundo frente. Sin embargo la guerra mundial, en su segunda versión, duró desde 1939 hasta 1945, con la desintegración de dos pueblos japoneses a través de bombas atómicas, Hiroshima y Nagasaki.
Y viéndolo a esta altura de la guerra, no hubo necesidad de arrojarlas, porque Japón al igual que Alemania, estaba por capitular. Italia lo hizo antes.Pero Harry S. Truman, el presidente norteamericano, ordenó el fuego atómico que hicieron desaparecer a las dos ciudades japonesas y que hasta el presente, siguen recuperándose de la contaminación atómica.
Pero esto es asunto de otra columna. Algún día la escribiremos.
Friedrich Nietzsche en ASÍ HABLABA ZARATUSTRA propuso cuatro temas que dominan esa obra: la de un superhombre por venir; la muerte de Dios; la voluntad de poder y el eterno retorno de lo idéntico. Y en ella habla de Zaratustra, figura semilegendaria de la antigua Persia, quien a los treinta años, se retiró a la soledad de la montaña.
¿Por qué traje a colación a este filósofo alemán? La única razón que me orilla es que los gobernantes mexicanos son "superhombres", dotados de una genialidad y de una destreza, pero no para gobernar bien, sino para destruir al país, en todos sus aspectos. No hay en ellos voluntad para crear, existir y vencer el dolor, para que obtengan confianza y seguridad. Y gracias a las observaciones psicológicas de Friedrich Nietzsche, no aspiran más que a ser fantoches o marionetas, porque así lo ordenan sus personalidades que, por su ejemplo de desplantes y de poderío, que aparentemente tienen, los funcionarios de menor grado, e imitando a su jefe, hacen las mismas cosas o peores, en nombre de una "personalidad", la de superhombres, que no existen sino más bien en la decadencia y corruptelas de los hombres, que aspiran a pasar a la historia como lo que fueron: simples humanos, sin carácter, ni prestigio, ni pensamiento, ni moral ni ética. Sólo un pensamiento general: salir riquísimos de su encomienda, aunque les vaya mal a sus gobernados, sobre todo, a los millones de mexicanos que no tienen nada, ni el petate ni el hoyo dónde caer muertos.
En DE LAS VIRTUDES Y LAS PASIONES Zaratustra dice: Decoroso pero severo es poseer varias virtudes; y más de uno marchó al desierto y puso fin a sus días, por encontrarse fatigado de ser batalla y campo de batalla de virtudes.
¿Son nocivas la guerra y la batalla?; son un mal necesario; son necesarias la recíproca pugna, falta de confianza y denigración de tus virtudes.
¡Observa con cuánto anhelo cada una de tus virtudes desea alcanzar lo sublime!; demanda ella todo tu espíritu para que la pregone, tu fuerza entera en el rechazar, detestar y amar.
Se celan las virtudes unas a otras, y los celos son bastantes despreciables.
Asimismo las virtudes pueden perecer ante los celos.
Quien se encuentra rodeado por las llamas de los celos termina por clavar contra sí mismo, como el escorpión, el aguijón venenoso.
Hermano, ¿nunca viste a una virtud denigrarse a si misma e inocularse su propio veneno?.
El hombre es un ente que debe ser superado, por esa razón tienes que amar tus virtudes, pues perecerás ante ellas.
Así hablaba Zaratustra.
En esta poética y profética obra le dice a los gobernantes que se deben retirar a la montaña, o a un rincón de su vivienda, para que aprenda la sabiduría necesaria que la trasmitira a los hombres, para que así descubra cuál es su lugar en el mundo.
DON RENATO PURAFACHA
Lunes 1° de Febrero del 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario