RETRATO AL HOMBRE
Hay que juzgar las manos maculadas
por muertos que mató con su terror
y que bajo las tierras desolladas
surgen como semillas de dolor.
Porque ésta es una edad nunca soñada.
Y Nixon, el ratón acorralado,
con los ojos abiertos de temor
ve renacer banderas fusiladas.
Fue en Vietnam cada día derrotado.
En Cuba es derrotado su furor
y ahora en el crepúsculo aterrado,
quiere roer en Chile el roedor,
sin saber que minúsculos chilenos
le van a dar una lección de honor.
PABLO NERUDA
Isla Negra, Enero de 1973
Hoy es DOMINGO día del ocio y la cultura que deberían compartir los millones de mexicanos pobres. La cifra se elevó a 62 millones, dada en días pasados. La revolución del tiempo libre quedó en el vacío de tantas promesas y tan pocas cumplidas. ¿Cómo un pobre va a dedicar su tiempo al ocio y la cultura si apenas tiene qué comer?. Él y su familia tienen que trabajar después de seis días de chinga y chinga, en domingo, otra chinga.
Todo es culpa del gobierno panista que ahora gobierna, porque aparte de la educación que tampoco le importa, ¿podrá darle a los mexicanos pobres diversión y cultura en un día a la semana?. ¡Imposible!. Hay que sacar al buque del mar. Hay que trabajar para alcanzar las metas. No podemos descansar un sólo minuto porque el país nos lo demanda.
Claro, como esos señores de fusílenlos y después averiguan, pasaron las vacaciones de fin de año en Acapulco y en otros sitios exóticos, pues los mexicanos pobres que se jodan,¡para que son pobres!. Y dicen con maña: Son pobres porque no trabajan. Son pobres porque tienen las oportunidades y no las aprovechan. Son pobres...y así hasta el infinito.
En Francia, cuando se vio la necesidad de ampliar el ocio, allá por los cincuenta del siglo pasado, y también en otras partes del mundo, los hombres prefirieron trabajar, "para ganar más", antes que beneficiarse con ocios más prolongados. Pero, viéndolo sociológicamente, las tareas que se le imponen al hombre, sean de su agrado o por la fuerza, apenas se deja entrever una civilización del ocio.
Y así por el estilo, ¡cuento de nunca acabar! pero algún día, habrán de cambiar las cosas y entonces, que ¡viva la cultura, viva el ocio, vivan todos los que leen y estudian y desechan a las televisoras por mierderas y corruptas!.
Ese día llegará como han llegado otros días peores para el mexicano y también para todos los pobres que habitan en el mundo entero, como en los Estados Unidos, donde la pobreza es más terrible y horrorosa, pues es un país de éxitos y de triunfos, y donde el hombre se hace sólo y llegan a ser los Rockefeller, los Vandervil, los Ford, los Morgan etc. Milagros de a peso, pero contaditos. Y los demás, ¿pues como los mexicanos que no tienen ni la esperanza metafísica?
Tomemos con calma este DOMINGO y veamos que nos depara, desde el punto de vista de la música. Tema que ha sido recurrente en mí en estos días, pues se acabaron las vacaciones y se empiezan a afinar los detalles de las próximas temporadas, para no morirse de tedio, que de ocio y cultura, ¡con mucho placer!.
Después del tango, que cómico que no lo sabía bailar, quedaba desplazado del teatro y de la carpa en los años cuarenta. Para ese tiempo ya habían dado de sí el charleston, el vals, y llegaban los estilos que habrían de revolucionar a la música, como el swing, el blues, el jazz. Las grandes orquestas de los Estados Unidos como las de Glen Miller y Xavier Cugat y Benny Goodman eran imitadas en México, y lógicamente que llenaban las pistas de baile que, en ese entonces se levantaban como jacalones y que aún quedan algunas como el California Dancing Club.
Revolución en la música con la Segunda Guerra Mundial y el surgimiento, como por encanto, de los famosos tríos y cuartetos de boleristas que habrían de llevar su estilo por todo el mundo, especialmente al Japón en donde Los Panchos, triunfaron en grande, pero estaban Los Diamantes, Los Tres Ases, etc.
Por eso yo llamo los estilos musicales en sus tiempos de oro, que atrajeron los ritmos cubanos, entre otros, para darnos el bolero rítmico, que antes era lento y los sones, que tomaron en cuenta los músicos yucatecos, y después Agustín Lara, con sus ya clásicas canciones, que se siguen tocando por aquí y por allá, para seguir con la progresión que, hasta la fecha, no tiene límites y que cada época es diferente a la anterior y que el futuro es siempre sorpresivo, como ha pasado con la música del rock and roll, y los tonos pop.
Por ejemplo, el Reggaeton, que hace unos cuántos años no existía y que se llevó al baile a otros ritmos y que eclipsó a otros como el HIP HOP y arrinconó a la SALSA, que en Nueva York fue el ritmo de moda por años. Esa epidemia latina que irrumpió en los Estados Unidos y que, tarde o temprano llegaría a México, hoy se sigue bailando como una moda más.
¿Qué es el Reggaeton? Pues un ritmo, muy moderno, que habla del amor, del gozo y del sexo. O como decía un crítico que frente a ese ritmo la LAMBADA "pareció un baile de niños". Desplazó a los otros bailes en las calles del Harlem y el Bronx que, como epidemia latina hizo furor, y se convirtió en la nueva Tepsicore, cuyas raíces son pañamenas y cultivado en Puerto Rico. Irrumpió con gran éxito en Orlando y en Boston, para explotar en Nueva York en grande.
La Gran Manzana ha sido la capital de los movimientos artísticos vitales en el pasado con el blues, el jazz, y el rock, la salsa, el reggae y el hip hop en el presente. Fue una especie de reinvindicación de la cultura afroamericana e impuso un estilo de vida, como ha sucedido con el reggaeton, que ha movilizado a "una feligresía de miles y miles de jóvenes", que recitan con devoción líricas, los temas del amor y la sexualidad.
Wilbert Torres, un periodista a quien conocí como reportero de La Prensa nos ha dado una somera descripción del baile: La pista del baile esta asifixiada por docenas de parejas y numerosos grupos de cuatro o cinco mujeres que bailan muy pegaditas, tomándose por la cintura. Se rozan los pechos y alternan pasos hacia adelante y hacia atrás, formando un trenecito con un contoneo sensual, en el que las manos tocan piernas y glúteos. Lo que vi fue una sensualidad descarada.
Los bailes fueron condenados por la iglesia católica y romana en todas partes. En México no se podía esperar otra cosa que lo mismo. Antes de la independencia, despotricaban los curas con los bailes. Después vinieron otros sacerdotes e hicieron lo mismo. Por lo pronto, no he sabido, que hayan condenado este último baile llamado reggaeton. A lo mejor ya les gustó.
DON RENATO PURAFACHA
Domingo 17 de Enero del 2010
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